Boy meets María

You gotta see her.

Es una tremenda pena el fallecimiento de Eguchi Kousei (alias PEYO) en 2020. Pena por su juventud (23 años) y porque ya con su obra de debut de hace 2 años, este 'Boy meets Maria', estaba claro que tenía una tremenda sensibilidad y un interesante futuro por delante.

'Boy meets Maria' es un tomo autoconclusivo sobre un estudiante que se enamora perdida e insistentemente de otro nada más verle bailar en un ensayo del club de teatro del instituto. Pero, ¿se ha enamorado de un chico o de una chica? Esta historia juega por una parte con la búsqueda de la identidad propia de una forma compleja, seria y sin querer sentar cátedra: cada persona tiene una identidad, y es ella la que debe entenderla primero en sus propios términos, algo que no ocurre necesariamente de un día para otro y conlleva un proceso de autoconocimiento. Por otra parte, Taiga, nuestro enamorado protagonista, se postula como uno de los personajes más positivos del año. Un personaje delicioso (si bien algo exagerado y simplón) del que todes podríamos aprender algo, como su capacidad de amar a las personas por ser personas, y no por su género; por su inmunidad total ante el qué dirán; por la educación recibida que le hace anteponer el Bien por encima de todo; y por su tremendo interés en aprender lo que no entiende.

Las páginas de PEYO se mueven entre el trazo de seriedad delicada en los temas tratados pero con momentos de descanso gracias a los gags desenfadados del protagonista. Bien equilibrado, pero aquí viene el *TRIGGER WARNING/ADVERTENCIA* ya que en este tomo encontramos un inesperado (y en mi opinión manido e innecesario) encuentro con la violencia sexual que remueve por dentro. Desentona por completo con el resto de la obra y comete un tóxico y antiguo error de sugerir (tal vez involuntariamente) que una personalidad no normativa ha de ser originada por una infancia traumática.

En definitiva, un gran manga sobre auto-conocimiento y aceptación que habría sido redondo de no haber pecado en el sensacionalismo truculento inexplicable en un punto concreto de la obra (pero cuya lectura sigue valiendo mucho la pena en otros aspectos).