Sibylla

¡Qué sibyllina!

Vamos a hacer díptico Max Baitinger, que estoy rumboso. Os hablaba en la última micro-reseña de la línea de diseño, geométrica, casi arquitectónica del autor, no exenta de cierta bastedad en el acabado, quizas muy "de primera obra". En este 'Sibylla', quizás por que Baitinger ha evolucionado, quizá por el cambio de temática (de lo psicoanalítico a lo artisticohistórico), quiza ambas, no solo los acabados de Baitinger son perfectos, sino que su linea pasa de ser una recta clínica a ser un curva heredera de las florituras de un pincel o una pluma (de las de escribir). De una perspectiva interna y observadora saltamos a una interpretación más romántica, con color, naturaleza y pasión, pero sin abandonar el interés por el análisis de la temporalidad en el cómic. 'Sibylla' es un cómic a los que yo me refiero como "de museo". Es decir, un encargo de una institución cultural para celebrar o reivindicar una figura artística, en este caso Sibylla Schwarz, pionera poetisa del barroco alemán. Sepa dios, yo ya os digo que no la conocía. Estos cómics "de museo" habitualmente me aburren por conservadores, por falta de color (literal y figuradamente) y por requerir un interés muy específico previo para zambullirte en ellos. Baitinger tiene éxito en varios aspectos: genera interés por la figura en cuestión; juega tanto y con tanta creatividad en la presentacion que la obra tiene un interés intrínseco (y muy para bibliófiles); y por último el autor aborda la falta de información veraz sobre la vida de una persona del siglo XVIII de una forma sincera, poética, lúdica y que no había visto antes, auto-insertándose a modo de voz en off en el texto oara recordarnos la naturaleza de encargo creativo del mismo, en una suerte de meta-textualidad desprovista de ego y bastante cómica.

Traducen Núria Molines y César Sánchez. Puntos extra a la rotulación y al apartado técnico, llamando a Daniel Tudelilla.

Cartoné con sobrecubierta. 166 páginas. 25€