Esos días que desaparecen

La insoportable dualidad del ser.

Me gusta mucho que Nuevo Nueve reedite o recupere licenciadas publicadas en un momento en el que mis intereses comiqueros eran más, digamos, reducidos, porque me permite así conocer a Timothé Le Boucher, del que aún no había leído nada, y que me convence en lo estilístico, con su sencilla linea fluida de herencia clásica, que no necesita de artificio ni detalle para atraer tu atención, y demuestra que tanto para dibujar fondos complejos como sencillos: hay que saber. Funciona en el plano artístico y creativo, y funciona en el plano narrativo más aburrido (ie. bustos parlantes). Me ha recordado como a una fusión reposada y tranquila de Michaël Sanlaville y Sara Soler. ¿La propuesta? Es de las que agarra por su simplicidad y facilidad para plantearnos "¿y tú qué harías?": al protagonista empiezan a desaparecerle días. Literalmente. Y resulta que esos días los está viviendo su "otro yo". También literalmente. Le Boucher se aleja de tópicos y salidas cinematográficas obvias y finalmente nos propone un dilema sin solución: ¿cómo vivirías tu vida si no pudieras vivirla plena? ¿Cuál es su sentido? ¿En qué se convertirían tu personalidad, tus intereses, tu familia, tus amistades, si fuera imposible cultivarlos como hasta ahora? ¿Tienes más derecho a vivir que tu otro yo? Un artefacto triste, pero también bello, de los que te hacen plantearte qué es lo que realmente impoarta.

Traduce Fernando Ballesteros.