Siesta Máxima.
Con un inicio formal de crónica de sucesos y un literal onírico descenso por la madriguera de conejo del yo, Max nos regalaba en 1997 una obra que se disfruta simultáneamente como sucesión de aventuras surrealistas dedudoras de los clásicos de la literatura (que no en vano es lo que cimenta nuestras bases como persona y reaparece de forma inesperada e incontrolada en nuestros sueños) y también como libro de filosofía y psicoanálisis para llevar al autodescubrimiento en un bello, poético y catártico final. Cuán lúdico y cuán serio, ya depende del lector. Lo que está claro es que Max siempre fue Max, y lo pilles cuando lo pilles lo sigue siendo, manteniéndose aislado del tiempo. Todas sus secuencias son tan evocadoras y profundas poderosas como con sentido del humor, en lo escrito y lo dibujado, quizás levemente más sucio en esta propuesta.
Y desde el pasado recuperamos escenas que, sacadas de contexto, tan aplicables son al momento en el que nos encontramos.
Bien por La Cúpula, manteniendo siempre en circulación los clásicos, la base de lo nuestro, siendo "lo nuestro" la cultura.
Rústica con solapas. 84 páginas. 12,90€